Por Nayeli Rivera
Desde que tomamos el empedrado para llegar a Argovia, en el municipio de Tapachula en Chiapas, supe que este lugar me marcaría por siempre. La camioneta recorrió un par de kilómetros de vegetación y árboles. Lo mismo se veían bambús, palmeras, aguacates o manzanos, todo conviviendo en un mismo lugar con los verdes más intensos que mis ojos hayan visto.
Nos detuvimos en un edificio que funge como lobby y que no le hace justicia a lo que nos esperaba. Argovia es una finca cafetalera que pertenece a la ruta del café en chiapaneca, pero lo qué pasa en sus entrañas me dejó de verdad impactada pues no solo se trata de un lugar en donde se planta y produce un café de altura, también es un sitio que pone al ser humano el ejemplo de vida sustentable y el regreso a nuestras raíces. Aquí nada se desperdicia, incluso la “basura” que sale de toda la producción de vegetales, plantas y flores que tienen, se reutiliza para crear fertilizantes amigables con el medio ambiente.
Hay tres paseos que se pueden hacer durante tu estancia: el primero es el Tour de Café, en el que te llevarán a conocer todo lo que sucede antes de que esta deliciosa bebida llegue a tu taza. El Beneficio Ecológico de Argovia se distingue por haber sido confeccionado a la medida de sus necesidades y te acercará al proceso artesanal tan poco valorado en el mercado de las grandes cadenas cafeteras, en donde estamos acostumbrados a pagar cantidades estratosféricas por una taza de café mientras que los productores reciben una ínfima parte. Conocerás todos los pasos, desde la plantación, hasta el tostado, pasando por la recolección y la fermentación. Este tour toma más o menos una hora en realizarse.
El segundo recorrido es el Tour de las Flores, en donde conocerás una diversidad impresionante de plantas de follaje y flores tropicales que se cultivan en la finca. La impresionante variedad de colores y tipos de flores te dejarán con la boca abierta, así como a tus peques quienes aprenderán también cómo se cultivan y se procesan para su comercialización. Aproximadamente tardarás una hora y media en realizar este tour.
El Tour del Mirador es la tercera opción de actividades, solo que necesitarán levantarse a las 6 am, para una caminata en la que explorarán las montañas del Soconusco para llegar y ver el amanecer detrás del impresionante Volcán Tacaná. Quedarán sorprendidos por la variedad de aves y mariposas de la finca, que suman más de 150 especies registradas en diferentes temporadas del año. El recorrido toma casi dos horas pero será el perfecto acercamiento para que tus pequeños entiendan la majestuosidad del planeta en el que vivimos.
Una de las maravillas de Argovia es poder pernoctar entre toda esta vegetación en unas extraordinarias cabañas o comer de los productos locales en el restaurante “Tierra de Café” cuya gastronomía se distingue por ser mexicana contemporánea, pero sobre todo, exquisita pues no solo se trata de un lugar que visitas en unas horas, te apuesto que podrías quedarte una semana entera y seguir aprendiendo y conociendo cosas maravillosas, sobre todo si corres con suerte y tu guía resulta ser Bruno Giesemann, el dueño y genio detrás de toda la investigación y ciencia que hay detrás de Argovia.
Y por supuesto, si las mamás aún necesitan desconectarse del mundo pueden solicitar un servicio en el Spa Anthurios o bien asistir a una sesión desintoxicante en el Temazcal.
La Finca Argovia fue fundada en 1880, cuando una familia Suiza la construyó para más tarde ser adquirida por el alemán Adolf Giesemann. Hoy, la cuarta generación de esta familia son quienes mantienen el amor y espíritu con el que comenzó hace tantos años.
Si se animan a visitar este hermoso lugar su perspectiva sobre la naturaleza cambiará completamente justo como nos pasó a nosotros. Gracias Argovia, por lo que sembraste nuestros corazones.
Visita www.argovia.com.mx para más información.
Fotos Nayeli Rivera y cortesía Finca Resort Argovia